martes, 10 de junio de 2014

DIECISÉIS AÑOS DESPUÉS, NOS VUELVE LA "FIEBRE AMARILLA"

Foto archivo particular.
El fútbol es de esas actividades de la vida que son imposibles de ignorar, aún para aquellos que no les gusta o poco les interesa; por estos días, cada cuatro años ocurre esta situación, se trata ni más ni menos que un acontecimiento difícil de ocultar: El campeonato mundial de fútbol.

Ahh el fútbol... esa exquisita mezcla de sentimientos: Pasión, como aquella que nos generó el tres a tres contra Chile en octubre pasado, que nos dio el pase definitivo al mundial. Odio, el que asesinó a Escobar tras un autogol en USA 94. Frustración, la que sentimos después de ese error de Higuita frente a Roger Milla en Italia 90. Euforia, con el gol de Rincón para empatar con Alemania en las postrimerías del partido en Italia 90. Dolor y rabia, representados en las lágrimas de Mondragón frente a los Ingleses en Francia 98, cuando se acaba el partido que nos devolvió a casa.

Bien lo decía Maturana algún día cuando mencionaba sus famosas frases, entre ellas: "se juega como se vive". Así es, esa es la vida, diariamente vivimos enfrentándonos a diversos sentimientos y los jugadores no son ajenos a ello, por eso, un mundial de fútbol y en general el fútbol, son un cúmulo de sentimientos colectivos encerrados dentro de un balón.

No pretendo que nos apartemos o dejemos de sentir lo que somos, pues es parte de la esencia humana, pero si quiero con estas líneas, hacer un llamado a controlar estos sentimientos, a ser mesurados y pensar que vaya como nos vaya, el fútbol es sólo una parte de la vida, no es la vida entera.

Después de dieciséis años nos vuelve la fiebre amarilla, que bueno, ya era hora!  No hay nada más aburridor que un mundial sin ver nuestra selección participando, pero no somos los mejores ni tampoco los peores, sólo hay que gozársela con tranquilidad  y hacer fuerza no solo por nuestra selección, sino también porque esta fiebre amarilla no nos vaya a mandar a cama, simplemente que nos coloree los cachetes de pasión y euforia sana.


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